Minibasurales en el Gran Resistencia ¿qué se está haciendo para erradicarlos?

La acumulación de desechos es una constante y forma parte del paisaje de distintos puntos del área metropolitana. Conocé las acciones que se realizan desde organismos públicos y las recomendaciones para aumentar la educación en cuidados ambientales

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Por Pamela Soto diciembre 27, 2024

Más de 400 mil personas habitan en el Gran Resistencia, un conglomerado urbano integrado por los municipios de Puerto Vilelas, Barranqueras, Resistencia y Fontana. Se estima que en esa zona, que alberga a la ciudad capital de la provincia del Chaco, se generan cerca de 450 toneladas de residuos domiciliarios cada 24 horas, lo que representa un complejo desafío en lo que respecta a la gestión. 

Se trata de una de las puntos más pobres del país de acuerdo al Índice de Pobreza del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC). En los últimos años, esta zona tuvo un gran crecimiento poblacional, lo que también incrementó el volumen de residuos producidos, generando una problemática cada vez más compleja, que requiere atención inmediata, con enfoques innovadores por parte de los organismos públicos y de la comunidad.

La gestión de los residuos sólidos urbanos es un gran desafío en todo el mundo. Los conglomerados de habitantes se enfrentan a diario con el interrogante de cómo tratar esos grandes volúmenes de basura que se generan debido a los nuevos hábitos de alimentación y de consumo, dominados por productos industrializados y plásticos de un solo uso. 

En distintos barrios del Gran Resistencia es posible advertir la multiplicación de los “minibasurales”, principalmente en esquinas, tanto de barrios de zonas céntricas como periféricas. El manejo inadecuado de los residuos acarrea consecuencias directas a la salud pública, la salud ambiental, el cuidado de los recursos naturales y la calidad de vida de los habitantes. 

Hábitos y servicios

Las causas de la aparición de los minibasurales son múltiples, según pudo constatar ambiententea después de entrevistar a vecinos de distintos puntos de la ciudad. Algunos aseguran que la acumulación de basura se da tanto por la falta o el retraso de los servicios municipales de recolección de residuos. Otros aseguran que se debe a la falta de colaboración por parte de la comunidad.

“Aunque se realice la recolección de residuos con cronogramas establecidos, la basura se acumula porque tenemos vecinos que no respetan el horario o simplemente dejan las bolsas en las esquinas”, asegura Elena Rodríguez, habitante del barrio La Toma, de Barranqueras. 

Los testimonios revelan que la problemática tiene dos aristas. Una es la falta de coordinación de los municipios para brindar un servicio de recolección efectivo. La otra, que requiere acciones a largo plazo, es la falta de educación ambiental de vecinos y vecinas. 

Para avanzar en esos objetivos, este año la Subsecretaría de Ambiente de la Provincia del Chaco trabajó en la redacción e implementación de Planes Municipales de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (PMGIRSU), conforme a las exigencias de la Ley Provincial N.º 2028-R. “Este acompañamiento incluye la asistencia técnica y el apoyo necesario para que los municipios puedan crear áreas específicas dedicadas a la gestión ambiental dentro de sus estructuras administrativas”, explica a ambientenea Andrés Reina, técnico ambiental de la Subsecretaría de Ambiente. 

De acuerdo a esta normativa, cada vez que reciben una denuncia de vecinos acerca de la presencia de minibasurales, se realiza un reconocimiento de los sitios afectados, coordinando con las autoridades municipales para llevar a cabo las acciones correspondientes. El objetivo, explican, es no sólo resolver el problema inmediato, sino también prevenir su reaparición.

Un aspecto importante de esta cooperación ha sido el establecimiento de mesas técnicas en conjunto con el Municipio de Resistencia, y la posterior realización de reuniones orientadas a construir consenso regional para la creación del Consorcio Interjurisdiccional para el Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos. Este consorcio está vinculado al proyecto del Parque Ambiental de la Región 10 e incluye la conformación de un Foro Ambiental, que constituye un espacio institucional clave para coordinar de manera interjurisdiccional las acciones necesarias para gestionar los residuos sólidos urbanos de manera sostenible y efectiva a largo plazo.

En cuanto a la posibilidad de aplicación de sanciones, en Chaco existe legislación que establece un régimen dentro del marco de la Ley Provincial Nº 2028-R de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU). Aunque la competencia de fiscalización recae tanto en la provincia como en los municipios, son estos últimos los encargados de controlar el cumplimiento de las normas ambientales a nivel ciudadano.

Desde este año también se implementa un Plan de Educación Ambiental Integral que promueve la formación de la ciudadanía en los ámbitos formales e informales. A la par, se trabaja en la creación del Programa de Instituciones Sostenibles, que convoca a escuelas, clubes e iglesias, entre otras instituciones, a las que se les brinda capacitaciones para que realicen acopio de materiales reciclables que serán provistos por los miembros de la comunidad. 

El crecimiento urbano

El Gran Resistencia experimentó un rápido crecimiento urbano en las últimas décadas, pero la infraestructura para la recolección y el tratamiento de los residuos no fue mejorada, lo que resulta en un manejo inadecuado, generando la acumulación de basura en espacios públicos y áreas vulnerables. Un ejemplo reciente del colapso del sistema es la expropiación de un predio lindero a un basural para poder aumentar su capacidad y recibir los residuos que se generan en Barranqueras y Resistencia.

Las comunidades más afectadas son aquellas que habitan en asentamientos informales o barrios periféricos, donde la recolección de residuos es irregular y a menudo inexistente. Esta situación no solo afecta la calidad de vida de los residentes, sino que también genera problemas de salud pública debido a la proliferación de vectores de enfermedades, como mosquitos y ratas. Esas condiciones de insalubridad derivan en brotes de enfermedades, especialmente entre los niños y adultos mayores. 

Tanto el gobierno provincial como los municipios tienen la obligación de realizar inspecciones y vigilancia para garantizar el cumplimiento de la normativa y sancionar las infracciones en las distintas etapas de la gestión de residuos. Las sanciones pueden incluir apercibimientos, multas significativas y, en casos más graves, la suspensión o caducidad de autorizaciones vinculadas a la gestión de residuos.

Por otra parte, los municipios cuentan con plena competencia para sancionar a quienes arrojan basura en la vía pública mediante ordenanzas locales. Un ejemplo, es el Código Ambiental de la ciudad de Resistencia, que en su artículo 195 prohíbe expresamente el depósito de residuos en cualquier lugar público dentro del ejido municipal, incluyendo márgenes de lagunas y arroyos, salvo que la autoridad competente determine lo contrario. Además, se prohíben las quemas a cielo abierto de residuos sólidos urbanos, y el artículo 196 establece la obligación de eliminar los basurales clandestinos que surgen en distintos barrios y accesos de la ciudad.

La recuperación de la basura

Reducir, reutilizar, reciclar y recuperar son los pilares para trazar una estrategia de minimización de residuos, de acuerdo a las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el tratamiento de residuos sólidos urbanos. Así, se propone evitar el consumo de productos que realmente no son necesarios y que además llevan consigo elementos que en muy poco tiempo van a convertirse en basura, como por ejemplo productos con un exceso de embalaje. Además se insta a los ciudadanos a hacer una selección de los residuos generados para ser tratados en plantas especializadas creando productos para otros usos, evitando el uso descontrolado de recursos naturales, reduciendo el consumo de energía y el volumen de residuos.

Para Antonio Valenzuela, un técnico en salud ambiental especializado en residuos sólidos urbanos, la basura se puede diferenciar de acuerdo a su origen, ya que tiene distintas características de acuerdo a la zona en la que se deposita. 

“La calidad de los residuos tienen mucho que ver con la economía de las familias y también con el tratamiento. En el centro se podría decir que se tira ‘la mejor basura’ y es la que suele reciclarse”, dice durante una entrevista con ambientenea. En tanto,  en las villas y asentamientos, lo que se arroja como basura ya tuvo un proceso de reutilización en las viviendas porque las familias vulnerables suelen reutilizar las botellas plásticas, los cartones, las bolsas de polietileno y los frascos. 

“Necesitamos aprender qué es lo que se puede reciclar en casa y lo que no. Por ejemplo, podemos recuperar los residuos orgánicos, como las cáscaras de frutas y verduras o la yerba y hacer un compost. Haciendo eso se achica enormemente la basura y se entrega a los recolectores lo que verdaderamente no se puede reutilizar. La alternativa es la educación ambiental en las escuelas y en las comunidades, para que todos aprendamos cómo tratar residuos sólidos en las viviendas. Ese es el camino que se debe tomar”, señala. 

Además, Valenzuela destaca la importancia de promover políticas que reconozcan y apoyen a los recicladores informales, integrándolos en la cadena de gestión de residuos de manera formal y segura, fortaleciendo el movimiento de la economía local. «Sin el compromiso de la comunidad nada puede mejorar, por lo tanto es imprescindible la participación ciudadana en el diseño de políticas públicas y de estrategias de gestión de residuos sólidos urbanos», concluye.