El pecarí quimilero, un emblema del Chaco seco que resiste en el monte

Se trata de una especie que sólo habita en la región y se encuentra amenazada por la pérdida de su hábitat. Conocé más sobre sus características y sobre el proyecto que busca conservarlo

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Por redacción ambientenea enero 17, 2025

El pecarí quimilero (Catagonus wagneri), un chancho de monte que se destaca por su su adaptación a las condiciones de sequía, es una especie endémica de la región del Chaco seco y se encuentra amenazado por la pérdida de su hábitat. Está incluido en la lista roja de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y los expertos estiman que, si se mantienen las condiciones actuales, podría desaparecer en los próximos 30 años.

Mientras se realizan estudios científicos para conocer más acerca de sus características y hábitos de vida, en Chaco se desarrolla un proyecto de conservación de la especie que busca valorizar su rol ecológico y su vínculo con las comunidades que habitan en la región, que incluyen a pueblos indígenas.

El quimilero puede llegar a medir más de un metro, alcanzando un peso de hasta 40 kilos en su adultez y es el pecarí de más grande de los tres que existen, junto con el de collar y el labiado. Es considerado un emblema de la región del Chaco porque tiene una enorme capacidad de adaptación para épocas de largas sequías en las que el agua superficial es muy escasa. Esta característica es el resultado de fascinante proceso de evolución que alcanzó a lo largo de su vida para poder habitar en estos ambientes, según explican los expertos que estudian la especie.

La amenaza de la deforestación

El Gran Chaco es una de las ecorregiones más grandes de Sudamérica y se extiende por Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil, cubriendo más de un millón de kilómetros cuadrados. En las últimas décadas, en esta región se registraron altas tasas de deforestación, vinculadas principalmente al avance de la ganadería y la agricultura industrializada en la que se reemplazan los bosques nativos por monocultivos para exportación, como la soja.

Esta situación impacta directamente en especies como el quimilero, ya que la transformación de los bosques genera la pérdida de su hábitat.

El pecarí quimilero está en la lista roja de especies en peligro de extinción y su principal amenaza es la pérdida de hábitat por deforestación. FOTO: Andrew Taber.

La conservación de este pecarí está intrínsecamente ligada a la conservación de los bosques chaqueños, que son el hábitat de numerosas especies y hogar de comunidades indígenas y criollas. La presencia del quimilero es un indicador de la salud del ecosistema del Chaco Seco, ya que garantiza la dispersión de semillas, aportando a la estructura y la diversidad de todos servicios ecológicos del ambiente.

Una de las principales expertas en el pecarí quimilero es Micaela Camino. La bióloga, que se desempeña como investigadora en el CONICET y ha publicado numerosos estudios sobre la especie, asegura que la situación de conservación de la especie es preocupante y que se necesitan acciones rápidas y concretas para conservarla. “Las áreas protegidas son insuficientes para conservar la especie y si no toman medidas, el pecarí quimilero podría extinguirse en menos de 30 años”, señala. 

Proyecto Quimilero

Hace una década se creó en Chaco el Proyecto Quimilero, una iniciativa que promueve el conocimiento y empoderamiento de las comunidades locales, para que conozcan sus derechos y participen en la protección de sus tierras y el bosque. Su enfoque no se limita al estudio del pecarí quimilero, sino que también considera las vivencias de las comunidades indígenas y criollas que habitan en el monte, considerando que son ellas las que mejor conocen las herramientas necesarias para conservar los recursos del bosque.

A través de esta iniciativa, se realizan monitoreos en la zona con los habitantes y estudia cómo la agricultura industrial afecta a las poblaciones. Además, se trabaja con las comunidades locales para fortalecerlas, permitiéndoles permanecer en sus tierras de manera digna y justa, y así evitar el desmonte y la violación de sus derechos y los derechos ambientales.

El proyecto quimilero promueve el conocimiento y empoderamiento de las comunidades para que conozcan sus derechos y participen en la protección de sus tierras y el bosque. FOTO: Proyecto Quimilero

El proyecto también busca generar conciencia sobre la importancia del Chaco y sus especies, con el fin de atraer más atención y recursos para la investigación y conservación de la zona. Además, se enfoca en la implementación de planes de conservación específicos para la región del Chaco, que se puedan ejecutar de manera conjunta con los gobiernos y la sociedad.

En el año 2022, Micaela Camino fue distinguida con el premio Whitley, un galardón otorgado a científicos destacados en el área de la conservación y conocido como el «Oscar verde».  Este premio no solo reconoce la labor de conservación, sino que también proporciona recursos financieros para profundizar en el estudio y protección de la especie y su hábitat. El premio también ayudó a visibilizar la problemática del Chaco y la importancia de su conservación.

La conservación del pecarí quimilero es un desafío que requiere la participación de científicos, comunidades locales, organizaciones no gubernamentales y gobiernos. Detener los desmontes, reconocer los derechos de las comunidades que habitan el Chaco y promover prácticas sostenibles que permitan la convivencia armónica entre las personas y la naturaleza son algunas de las claves para alcanzar ese objetivo.

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